EL CORONAVIRUS: OBSERVACIONES.

EL CORONAVIRUS: OBSERVACIONES.



En estos días, el mundo está impactado. La pandemia de 2020 es altamente destructiva: cientos de miles de afectados, miles de muertos, la economía mundial en profunda crisis...

La pandemia ha cambiado nuestras vidas y cuando la superemos, que parece que va para largo, el mundo, la sociedad, las costumbres... ya no serán lo mismo. Otro contexto  nacerá, bien distinto del anterior.

Pero yo voy ahora a referirme especialmente, a mi pequeño mundo, a mi entorno, en qué medida la pandemia me ha hecho reflexionar y observar. Creo que ha sacado lo mejor y lo peor de nosotros mismos, nuestro ángel, ese hombre bueno rousseauniano, y nuestro demonio, ese "homini lupus" hobbiano.

Desde mi balcón de observación, en mis paseos diarios, en las conversaciones con la gente de mi barrio... aprecio la solidaridad. Veo que las gentes se han hecho, nos hemos hecho, más humanas y comprensivas. Hay un gran espíritu de ayuda y más cercanía.

El ser humano se ha dado cuenta de su debilidad, de lo poco que somos y de cómo un golpe del destino saca toda la fragilidad que es nuestro contenido.

Pero al tiempo, renace el odio ideológico, el enfrentamiento por razones de concepciones políticas, cuando en lo que tenemos que concentrarnos es en nuestra salud. De nada vale una recuperación económica si la enfermedad extiende sus redes. Y la economía importa, y mucho, pero siempre salvaguardando el aspecto "salud".

Un saludo a nuestros familiares, un paseo, una cerveza con nuestras amistades, salir a comprar... esas cosas sencillas, ahora las valoramos por encima de todo.

¿Y va a cambiar el mundo? Falta hace. Estamos destruyendo nuestra naturaleza, nuestro hábitat, el medio ambiente, creando un foso inmenso entre ricos (pocos) y pobres (la mayoría), hay explotación de la persona, mucha injusticia, pérdida de los valores fundamentales  y ese consumismo demoledor.

Cuando con mascarilla, voy caminando, observo (la observación, es un método científico y objetivo). Hay más de un noventa por ciento de cumplidores de las normas sanitarias, pero ese cerca del cinco por ciento que pasa de todo, de mascarillas y distancias, es preocupante. Porque no solo se perjudican a sí mismos (¡allá ellos!) sino también lo hacen  a otras personas que sin comerlo ni beberlo, pueden resultar "infectadas".

Surgen los nuevos héroes y las grandes potencias se tambalean. La clase política está ya casi definitivamente distanciada de los ciudadanos, casi inhabilitada, sin renunciar a sus privilegios, y muestra otros aspectos lamentables, máxime cuando está en juego la salud de todos.

Yo he cambiado, he conocido mejor mi casa, he apreciado más si cabe el cariño de mi familia y el afecto de mis verdaderas amistades, y disfrutado con los sencillos hechos cotidianos. Este cambio es actual y espero que duradero...

Nos hemos hecho más humanos, y creo que muchas cosas van a cambiar.

Basten estas reflexiones a vuelapluma, dentro de mi línea de pensamiento que propugna una sociedad que bien puede denominarse "nuevo humanismo personalista". A ello vamos o deberíamos ir.

Si esto sucede, bienvenido sea. Si no, el mundo seguirá el camino de su propia decadencia o  acaso una futura ¿extinción? (como antes del virus) ¡Ojalá no sea así!

Esto escribo, en una  "ruidosa" tarde (¡esos vecinos insolidarios de planta arriba, que me toca sufrir!) del 23 de mayo de 2020.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MI PASEO RUSONIANO.

EL NUEVO HUMANISMO PERSONALISTA.